El mejor disco de los Cadillacs mezcla metal, jazz, progresivo, tango, hard core, surf y ritmos latinos, cambiando su estilo y sonido (la guitarra es la más evidente), se orientan al lado experimental. La oscuridad es llevada a su máxima expresión: cambios súbitos en la música y letras referentes a “historias de brujos”, muertos, locos, calaveras vivientes y El Mandinga (el diablo que se hace pasar por humano). Risas oscuras y gritos por todas partes se pueden escuchar, por ejemplo, pequeños diablos riendo detrás del piano jazzero de El Carnicero de Giles; en Sabato, hay un mensaje oculto en un discurso que Flavio pronuncia detrás de la canción; Howen podría ser la música perfecta para una procesión por el desierto hacia el cementerio. De repente, un asomo de luz es- Hoy Lloré Canción, una colaboración con Rubén Blades a base de puras percusiones y un bajo.
Tal vez sea conocido como el disco donde encuentras Calaveras y Diablitos, tal vez por ser el ganador del Grammy, no obstante hay un homenaje a lugares y personajes importantes de Argentina, específicamente a Buenos Aires. En “El Carnicero de Giles” recuerdan un múltiple asesinato en San Andrés de Giles. Sabato, un homenaje al escritor Ernesto Sabato. Piazzola, homenaje al músico Astor Piazzola. Se menciona el puerto de Mar del Plata o La Paternal, barrio de Buenos Aires.
El disco es compuesto en su mayoría por Flavio Cianciarulo, bajista de la banda, entre él y Vicentico se dividen el trabajo de composición; personalmente siempre me han gustado más las canciones de Flavio.
De ser una banda que alguna vez cantó “quiero morir tocando ska” en los 80’s, influenciados por bandas como The Specials, Madness, The Clash, y Dead Kennedys, han pasado por el repertorio más ecléctico de Argentina, por ejemplo, El León y Rey Azúcar podrían ser considerados sus mejores álbumes. Cuestión de gustos.
Disco -> Fabulosos Calavera
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