Todo trabajo artístico tiene implícita una fecha de expiración en cuanto a vanguardia se refiere; es el caso de la pintura, la arquitectura, la música, etc. cada cierto tiempo un nuevo estilo nace en respuesta, y generalmente oponiéndose, al anterior. Esto es lo que nos hace crecer, a lo que llamamos evolución. Sin embargo, con la tecnología llegó la inmediatez, y ese expirar de las cosas ha reducido un largo viaje en tren a 5 minutos, no más, si es que se quiere estar en la vía de la “vanguardia”.
Pocos son los que pueden presumir de verse, escucharse y mantenerse tan actuales como hace 20 años. ¡Hace veinte años! Tal vez la culpa la tiene, como dicen los historiadores, el contexto histórico-político-social. Sea como sea, si hay formula o no, aquí está un disco que ha sobrevivido esos veinte años de modernidad y vanguardias efímeras. Un disco que se sigue escuchando como recién salido del horno. Una psicodelia-pop-experimental venida de Escocia. Una marca.
En vivo: Una experiencia total; música góspel en ácido. Delicadeza y presencia de Bobby Gilliespie, estructura y combinación perfecta de guitarras, un piano que sostiene a la banda, una cantante negra y Mani* en el bajo. Un espectáculo de 10. Un disco que se escucha de principio a fin. ¿Escuchaste eso modernidad? Peor aún, posmodernidad……
SCREAMADELICA
WoEd1Men0rX!
